“Hubo etapas. Primero, la mayoría de la gente se autoexcluyó de los sanatorios, antes de la cuarentena. Luego se dictó la norma de aislamiento preventivo y obligatorio. Y después, los médicos comenzaron a aconsejar que solamente se asista a los centros de salud en casos de urgencia para no ocupar lugares que podrían necesitar otros”.
El racconto lo hizo, en diálogo con este diario, el titular de la Federación de Clínicas de la provincia de Buenos Aires (Fecliba), Néstor Osvaldo Porras, quien indicó que los establecimientos del sector privado de la salud “hoy tienen aproximadamente el 80 por ciento de su capacidad ociosa. O más”.
¿Y el efecto económico que ello provoca? “Será serio. Pero ahora nosotros no podemos pensar en eso. Estamos en línea con los ministerios (de Salud de la Provincia y de la Nación) preparándonos para lo que pueda avecinarse”, subrayó.
Eso incluye, en primer lugar, un “cuidado extremo” del personal. “Médicos, enfermeros, administrativos, camilleros, choferes de ambulancia, encargados de la limpieza, todos están en la primera línea de fuego, empezando por quien recibe al paciente en la entrada. Asimismo, hay que tener en cuenta que ya sufrimos una merma importante de trabajadores, porque todos los de riesgo (por edad o por tener patologías previas) se fueron a sus casas”, apuntó Porras.
La nota completa aquí